Propiedades de la materia
Las propiedades de la materia corresponden a las características
específicas por las cuales una sustancia determinada puede distinguirse de
otra. Estas propiedades pueden clasificarse en dos grupos:
Propiedades físicas: ependen fundamentalmente de la sustancia misma. Pueden citarse como
ejemplo el color, el olor, la textura, el sabor, etc.
Propiedades químicas: dependen del comportamiento de la materia frente a otras sustancias.
Por ejemplo, la oxidación de un clavo (está constituido de hierro).
Las propiedades físicas pueden clasificarse a su vez en dos grupos:
Propiedades físicas extensivas: dependen de la cantidad de materia presente.
Corresponden a la masa, el volumen, la longitud.
Propiedades físicas intensivas: dependen
sólo del material, independientemente de la cantidad que se tenga, del volumen
que ocupe, etc. Por ejemplo, un litro de agua tiene la misma densidad que cien
litros de agua
Estados físicos de la materia
En condiciones no extremas de temperatura, la materia puede presentarse
en tres estados físicos diferentes: estado sólido, estado líquido y estado
gaseoso.
Los sólidos poseen forma propia como consecuencia de su rigidez y su resistencia a
cualquier deformación. La densidad de
los sólidos es en general muy poco superior a la de los líquidos, de manera que
no puede pensarse que esa rigidez característica de los sólidos sea debida a
una mayor proximidad de sus moléculas; además, incluso existen sólidos como el
hielo que son menos densos que el líquido del cual provienen. Además ocupan un
determinado volumen y se dilatan al aumentar la temperatura.
Esa rigidez se debe a que las unidades estructurales de
los sólidos, los átomos, moléculas y iones, no pueden moverse libremente en
forma caótica como las moléculas de los gases o, en menor grado, de los
líquidos, sino que se encuentran en posiciones fijas y sólo pueden vibrar en
torno a esas posiciones fijas, que se encuentran distribuidas, de acuerdo con
un esquema de ordenación, en las tres direcciones del espacio.
La estructura periódica a que da lugar la distribución espacial de los
elementos constitutivos del cuerpo se denomina estructura cristalina, y el sólido resultante, limitado por caras planas paralelas, se denomina cristal. Así, pues, cuando hablamos
de estado sólido, estamos hablando realmente de estado cristalino.
Los líquidos se caracterizan por tener un volumen propio, adaptarse a la forma de
la vasija en que están contenidos, poder fluir, ser muy poco compresibles y
poder pasar al estado de vapor a cualquier temperatura. Son muy poco
compresibles bajo presión, debido a que, a diferencia de lo que ocurre en el
caso de los gases, en los líquidos la distancia media entre las moléculas es
muy pequeña y, así, si se reduce aún más, se originan intensas fuerzas repulsivas
entre las moléculas del líquido.
El hecho de que los líquidos ocupen volúmenes propios demuestra que
las fuerzas de cohesión entre sus moléculas son elevadas, mucho mayores que en
el caso de los gases, pero también mucho menores que en el caso de los sólidos.
Las moléculas de los líquidos no pueden difundirse libremente como las de los
gases, pero las que poseen mayor energía cinética pueden vencer las fuerzas de
cohesión y escapar de la superficie del líquido (evaporación).
Los gases se caracterizan porque llenan completamente el
espacio en el que están encerrados. Si
el recipiente aumenta de volumen el gas ocupa inmediatamente el nuevo espacio,
y esto es posible sólo porque existe una fuerza dirigida desde el seno del gas
hacia las paredes del recipiente que lo contiene. Esa fuerza
por unidad de superficie es
la presión.
Los gases son fácilmente compresibles y capaces
de expansionarse indefinidamente.
Los cuerpos pueden cambiar de estado al variar la presión y la
temperatura. El agua en la naturaleza
cambia de estado al modificarse la temperatura; se presenta en estado sólido,
como nieve o hielo, como líquido y en estado gaseoso como vapor de agua
(nubes).
Materia viva e inerte
La Tierra alberga a muchos seres vivos, como son las plantas y animales. Una mariposa parece algo muy distinto de una
piedra; sin embargo, ambas están compuestas de átomos, aunque éstos se combinan
de manera diferente en uno y otro caso. Lamayor parte de la materia es
inanimada; es decir, no crece, ni se reproduce, ni se mueve por sí misma. Un buen ejemplo de materia inanimada lo
constituyen las rocas que componen la Tierra.
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